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EL COLOR, ¿CÓMO UN SISTEMA? O UNA REFLEXIÓN CONSTANTE QUE DEBE AMPLIARSE Y DESBORDAR LOS LIMITES


En días Anteriores escribí el artículo titulado el “color como un sistema”, del cual recibí comentarios por el profesor Luciano Gallón L., Doctor en Sostenibilidad Tecnología y Humanismo, un experto en el tema, lo que me llevo a pensar en lo que había escrito y reflexionar sobre ello, es así como este texto tiene ese objetivo hacer una reflexión en torno a como desde el concepto de sistema se puede entender el mundo del color, es importante dejar claro que este es una corta reflexión que les invito a que ustedes la hagan conmigo y de hecho si desean hagan sus aportes.

Debo indicar que entre él y otros profesores sembraron en mí sin saberlo unas preguntas constantes y es sobre lo que he ido escribiendo y espero continuar haciéndolo, algunas de ellas son ¿cómo se piensa en el color a través del concepto de sistema?, ¿cómo se dan estas relaciones de las diversas formas de estudiar, entender, usar y analizar el color y su mundo, además cómo se entienden o se tocan unas a otras en sus formas de interpretarlo, verlo o asumirlo?, ellas parten de la concepción que tengo sobre que el mundo del color, este está dado a partir de interrelaciones, conjunciones y recorridos que confluyen de un punto a otro en ida y regreso y a la inversa, así que considerar el color desde la psicología, es pensar el color desde la luz- su física, de un producto dado, de una tendencia, desde un contexto, desde unas formas técnicas y sus aplicaciones y demás.

Seguramente son preguntas triviales, pero desde mi perspectiva son preguntas que permitirían, por ejemplo, a la industria gráfica, trascender sus entornos y poder por lo menos ver lo que pasa más allá en otras partes del espectro del universo del color para continuar dando pasos en su transformación y reinvención en un mundo cambiante.


El Doctor Gallón, entre otras cosas, me indica que el tema de los sistemas “es muy filosófico” e implica acercase al tema desde dos puntos de vista con diferencias muy sutiles; la primera sería “pensando el color como un sistema” y la segunda implicaría “observar los asuntos y problemas del color como un sistema”, indica además que para esta reflexión se debe tener en cuenta otras dos peguntas y son ¿si los sistemas existen o no?, o ¿si los sistemas son una herramienta del cerebro humano para modelar la realidad?


El profesor indica además que sería importante pensar en la sutilidad de la diferencia de las dos preguntas, porque si uno cree que el mundo es un sistema, implicaría que todo el mundo debería ver los sistemas, pero lo que pasa en la realidad es que no todo el mundo, ve valga la redundancia, el mundo como un sistema. ¿Aquí habría que preguntarse en el mundo de la Industria Gráfica en Latinoamérica y quienes participan de ella, están entrenados para ver está como un sistema o la están pensando desde la modelación de una realidad?


Teniendo en cuenta la dimensión de estas preguntas, el desarrollarlas serio tema de tratados y discusiones que van más allá de lo que se pretende en este texto, pero sin duda dichas preguntas determinan la manera como se puede ver la industria gráfica en concatenación con las industrias de sus entornos y como ella se observa, plantea y entiende hacia adentro, en cada una de las partes inherentes a sus procesos y acciones. Se debe entonces anotar que las respuestas que como individuos le demos a estas preguntas son ya unas demarcaciones filosóficas que se verán reflejadas en el quehacer cotidiano de la intimidad de nuestras empresas y sus procesos de trasformación.


Lo anterior determinaría una posición frente a uno de los dos puntos de vista que se nos plantean en torno a la relación del color con el concepto sistema, dónde dicha relación podría ser pensada u observada y por ende las implicaciones de las diferencias semánticas que proponen estos dos términos, que en el hacer cotidiano son llevadas a los procesos productivos.


Adicionalmente, el profesor Gallón concluyo sus observaciones diciendo “que lo que deberíamos entender, es que la teoría de sistemas hace una reflexión sobre como un cerebro entrenado en la teoría de sistemas, entiende el mundo como un sistema, lo cual es muy útil e importante porque entender el color como un sistema ayuda a mejorar la aplicación del color en el mundo”.


Sin duda ver el color como un sistema implica entrenar el cerebro para poder interrelacionar las diferentes aristas, caminos, posibilidades y dimensiones desde las cuales se puede pensar, analizar, entender, usar e interpretar el color, como se ha dicho anteriormente, el cual sin duda va asociado a las maneras como se dan los cambios en los entornos y es allí donde quien dirige o está liderando una empresa o entidad que tiene como uno de sus fundamentos el color podría descubrir en el concepto de sistema una posibilidad para poder leer de una manera asertiva cada una de esas interpretaciones del color, sus aplicaciones, usos e interrelaciones intrincadas que se pueden asociar, absorber, aprender y/o adoptar en el quehacer cotidiano, además ello se puede ver como una oportunidad para llevar la delantera hacia el futuro, puesto que el problema deja de verse como un problema y se encamina a verse como una oportunidad, con los retos que ello implica, generando desde mi punto de vista unos procesos armónicos.

Se debe indicar que la armonía en este caso se entiende desde la definición de Ackoff en su libro denominado El paradigma de Ackoff, Una Administración Sistémica: “La armonía tiene que ver no solo con el efecto de las interacciones de las partes sobre el todo, sino también con los efectos del funcionamiento del todo y de las interacciones de las partes sobre las partes en sí mismas. También se ocupa de los efectos del funcionamiento de las partes y del todo sobre el sistema contenedor y otros sistemas en su medio”. (Ackoff, 2002, pág. 20)

Así pues, la pregunta que me surge sería: ¿cómo seres pertenecientes a la industria gráfica, donde uno de sus grandes fundamentos es el color y su manejo (Administración del Color) cómo se armoniza con las demás industria y proceso que su accionar se fundamentan, apoyan o tiene como uno de sus elementos el color?


Debo dejar aquí la aclaración de porque me refiero a administración del color y no a gestión del color. Para mí y a partir de una investigación y reflexión realizada el concepto de Gestión del Color como se menciona usualmente en nuestra industria, este está más asociado a una Administración del color, ella implica un manejo de todos los elementos técnico - tocológicos que son necesarios para aplicar el color y se dé el resultado idóneo y planeado, además de ajustado a las metas propuestas; lo que denomino Gestión de Color, estaría más asociado a unos procesos estratégicos y de planeación de como un color dado se puede implementar en unos entornos dados, teniendo en cuenta sus implicaciones, sus diferentes usos y los objetivos planteados en torno a él, asociados a un en elemento y/o evento determinado.


Es importante anotar que, bajo cualquier denominación del proceso o circunstancia, su implantación debe hacerse con toda la rigurosidad del caso para lograr las metas establecidas. Adicionalmente, es importante tener en cuenta que las estrategias en torno al color establecidas o planteadas en la mayoría de los casos va asociado indefectiblemente a la manera como nos comunicamos o se comunica, quiere que se vea o perciba algo.


El texto al que hemos hecho mención deje inscrita la siguiente definición en torno a sistema: “El universo es un sistema. Los seres humanos somos sistemas. Los negocios y otras empresas humanas, también. Están integrados por partes interrelacionadas que deben verse como un todo, algo difícil cuando estamos acostumbrados a ver por partes”. (Grinstein, 2001, párr.1) ante las peguntas y observaciones del profesor Gallón y sus propias recomendaciones, reviso y dejo aquí expuesto lo que dice Ackoff, en vista de que ha sido uno de los grandes pensadores del siglo pasado y nuestro siglo en torno al tema de sistemas, su definición e importancia.


Ackoff dice que: Un sistema es un conjunto de dos o más elementos que satisfacen las siguientes tres condiciones:

1. El comportamiento de cada elemento tiene un efecto en el comportamiento del todo.

2. El comportamiento de los elementos y sus efectos sobre el todo son independientes, lo que implicaría en la manera como se comporta cada elemento y la manera en que afecta al todo depende de cuál sea el comportamiento de otro elemento. Ningún elemento tiene un efecto independiente sobre el sistema como un todo.

3. De cualquier manera, que se formen subgrupos de los elementos, cada uno tiene un efecto sobre el comportamiento del todo y ninguno tiene un efecto independiente sobre él. Para decirlo, en otros términos, los elementos de un sistema están a tal punto conectado que no pueden formarse subgrupos de ellos que sean independientes. (Ackoff, 2002, pág. 16)

Ya de ante mano se puede observar como el autor claramente establece las interrelaciones y como un elemento, denominémoslo así, afecta a otros específicamente y por ende a la totalidad, por tanto, como dije en el artículo anterior cabe anotar que el color no es un tema que se pueda tratar de manera individual y aislada al término color en sí mismo, porque él ya tiene muchos matices, además él puede estar asociado a la fabricación, al mercado, la comunicación, los estándares, los procesos técnico-tecnológicos, a la investigación, la educación, la salud física y mental, a los contextos y estructuras sociales y el desarrollo e innovación entre otros, con la finalidad de poder alcanzar estándares de calidad y cualidad, efectividad y expresividad, productividad y eficiencia en los usos en los que este presente. (Rivera, M., 2022, parr. 11)

Para terminar y con la intención de continuar en la comprensión del tema dejo una reflexión realizada a partir de una clase


Es importante indicar que el color para mí trasciende y como lo he mencionado antes es casi un sistema de vida, una forma de vida, de hecho, hace pocos días en mi clase de Taller 1 de un programa de arquitectura en el que participo como docente en la ciudad en la que vivo, les pregunte a mis estudiantes que si sabían ¿por qué elegían los colores que usarían cada mañana?, pregunta que definitivamente nos la deberíamos hacer quienes trabajamos o estamos inmersos en el mundo del color, pues ello indiscutiblemente influye en las elecciones que hacemos en torno del color de una marca, de una imagen corporativa, el diseño de un empaque, el color de un edificio, el color de la decoración de una casa o el espacio de una oficina, etc.


Si bien es cierto normalmente se debería hacer un análisis del color a usar en función del público objetivo e intereses específicos, además de las tendencias del momento y otros tantos elementos, es inevitable que un fragmento nuestro quede allí plasmado, bien sea por el tono, la saturación, la brillantez, las armonías o contrates utilizados, entre otras cosas.


De igual modo estoy convencida le sucederá al ojo entrenado de quien reproduce ese color, bien sea en una pintura, un empaque, un producto, un textil, sin duda habrá un sesgo mínimo, seguro me dirán, para eso está la medición y sin duda es así, pero ese pequeño sesgo nos hará revisar si lo visto es coincidente con lo medido, es más si será visto del mismo modo por quien ha realizado el encargo.


El universo del color tiene tantos matices como la misma escala de grises y para la muestra un botón en el mundo de la industria gráfica, el cual cada vez que hago una inmersión en él, de la mano de mis compañeros de Ciglat (Rainer, Hamilton, Javier, Alfredo, Jorge, José Luis e Inés) y otros tantos amigos que discuten, conversan o se plantean inquietudes desde lo técnico, lo tecnológico y lo productivo descubro un elemento, un aprendizaje, un argumento, una necesidad y una oportunidad nueva para desarrollar esta industria.


Lo anterior es para indicar que sin duda en otra oportunidad habrá que hacer la reflexión específica sobre que implica “pensar el color como un sistema” retomado, ya si el contenido del artículo “el color como un sistema”, haciendo una reflexión más exhaustiva en la asociación que se haga de los dos conceptos y a su vez reflexionar y entender que implicaciones tendría “observar los asuntos y problemas del color como un sistema”, para establecer sus cercanías y sus diferencias, lo cual permitiría entender estos dos tipos de miradas y las oportunidades ofrecen cada una desde sus perspectivas.


Bibliografía


Ackoff, R. L. (2002). El paradigma de Ackoff, Una Administración Sistémica (Vol. Primera Edición). (R. P. Garcia, Trans.) México D.F., México: Editorial Limusa, S.A. de C.V.


Grinstein, C. (2001, julio 25). Las leyes del pensamiento sistémico. Tomado en agosto 2022, de Mercado: https://mercado.com.ar/management-marketing/las-leyes-del-pensamiento-sistemico-3/




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